El verdadero año nuevo es el último día de febrero, y no el 31 de diciembre. El Año nuevo original comienza con la temporada de siembra y celebra la prosperidad que llega con la primavera; fue la tradición por milenios e involucra innumerables culturas antiguas y actuales.

Tradicionalmente, las culturas celebraban festividades que duraban de dos a 15 días. La gente compartía comida, regalos y otras tradiciones relacionadas con el amor y la prosperidad, como en Lupercalia, cuando hombres y mujeres jóvenes se unían como parejas, al menos durante un año.

El rojo y el blanco siempre han sido los colores tradicionales del verdadero año nuevo, ya que el rojo representa la prosperidad y el blanco la pureza. No es de extrañar que muchas tradiciones antiguas de todo el mundo elijan estos colores, como el Día de San Valentín.

Limpiar y sacar lo viejo es otra antigua tradición para dejar el pasado atrás y dar la bienvenida a lo nuevo.

En la Europa medieval, los líderes cristianos reemplazaron las tradicionales festividades del verdadero año nuevo con el 1 de enero como el primer día del año, porque decían que tenía un significado más religioso, como el 25 de diciembre (el aniversario del nacimiento de Jesús); luego, el Papa Gregorio XIII estableció el 1 de enero como día oficial de Año Nuevo en 1582. Pero esto fue únicamente por su conveniencia.

Sin embargo, las verdaderas celebraciones de Año Nuevo provienen de hechos mucho más significativos, como el inicio de la temporada de siembra y los cultivos que alimentan a toda la población. La mayoría de las mitologías, como la china, budista, griega, alemana, nórdica y muchas otras, celebraban el Año Nuevo en marzo, siempre dedicado a dioses y diosas de la prosperidad y el amor.

Las primeras celebraciones de Año Nuevo registradas se remontan a la antigua Babilonia, hace 4,000 años. Los Babilonios celebraban el Año Nuevo junto con la Luna Nueva de marzo y tenían festividades durante 11 días.

Lamentablemente, la Iglesia Católica intentó ignorar las festividades tradicionales y sustituirlas por sus creencias y fechas cristianas, como ocurrió con el Año Nuevo y muchas otras hermosas tradiciones.

Sources: History.com, britanica.com, nationalgeographic.com